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En estos cruces, el pavimento está sumamente deteriorado, al grado de que hay aberturas de hasta 15 centímetros en donde algún automovilista podría perder el control de su vehículo
Por: Manuel Madrid
NUEVO LAREDO, Tam.- En un serio peligro para los automovilistas se han convertido los puentes elevados en distintos puntos de la ciudad, debido a que las juntas de dilatación ya resienten un marcado deterioro causado por años de abandono y descuido por parte de las autoridades municipales, ya que en su estructura muestran aberturas de hasta 15 centímetros de ancho.
En un recorrido realizado este lunes, 12 de agosto de 2024, constatamos que la situación en las también conocidas técnicamente como juntas de expansión es verdaderamente seria y alarmante, y el Municipio no muestra ningún interés en atender el problema.
A pesar de ser vías cruciales para el tránsito diario, donde circulan tanto vehículos de carga pesada como automóviles pequeños, estas estructuras muestran un avanzado estado de abandono que podría derivar en graves consecuencias.
Estas juntas fueron diseñadas para permitir el movimiento del pavimento y la estructura del puente debido a los cambios de temperatura y así garantizar la seguridad de los usuarios, por ende, deberían ser puntos seguros para el paso de vehículos, pero actualmente exhiben pedazos de metal al descubierto.
“Vaya al puente que se ve allá enfrente, ahí hay un hundimiento que avienta a los carritos hacia arriba, ya no tarda en que alguno salga volando, yo le quiero decir a la alcaldesa que ya nos ponga atención a los que vivimos acá, tanto dinero que tiene la ciudad y no se ve, ¿en qué lo estarán gastando?”, cuestionó un transeúnte.
SE ESCUCHA CÓMO REBOTAN LAS LLANTAS
Este peligro latente pone en riesgo las llantas de los automóviles que circulan por allí, con un impacto especial en los vehículos pequeños, cuyos neumáticos rebotan violentamente al pasar sobre estas uniones debido a que el material elastomérico que evita la filtración del agua ya está totalmente deteriorado o simplemente ya no existe.
“Hasta abajo del puente se escuchan los trancazos de las llantas”, agregó el transeúnte.
El problema ha persistido por meses, quizá años, sin que el gobierno municipal tome medidas para solucionarlo.
La situación es aún más preocupante en aquellos puentes que ya presentan hundimientos en la estructura del pavimento, tales como los que se ven en las dos “jorobas” de la carretera al Aeropuerto, el Puente de la Perú, el Puente Canseco, el de los Aguacates, el de la Venezuela y el de la Mazatlán, entre otros, al poniente de la ciudad. Al sur, la problemática se resiente en el puente Colosio y el de la prolongación Monterrey, frente a Colinas del Sur.
PODRÍA OCURRIR UN ACCIDENTE LETAL
La situación no sólo afecta la comodidad del tránsito, sino que también representa un riesgo real de accidente, es decir, algún automovilista podría en cualquier momento perder el control de su vehículo al momento de cruzar uno de estos puentes y enfrentar una tragedia, situación que parece no importarle en lo más mínimo a las autoridades locales.
Resulta indignante que, mientras las calles y avenidas de la ciudad están plagadas de obras abandonadas y sin señales de solución, el gobierno municipal no destine recursos ni atención a un problema que afecta la seguridad de todos los ciudadanos.
Esta negligencia no sólo refleja una alarmante falta de compromiso de la alcaldesa con la infraestructura urbana, sino también una total indiferencia hacia la vida y bienestar de quienes transitan diariamente por estos puentes elevados.
Es imperativo que el gobierno municipal actúe de inmediato para reparar estas uniones y los hundimientos en estos cruces elevados, antes de que ocurra una tragedia que todos lamentaríamos.
La seguridad vial no puede seguir siendo una asignatura pendiente.
