Las recientes inundaciones en Nuevo Laredo han dejado al descubierto la incapacidad de la administración de la presidenta municipal Carmen Lilia para manejar la crisis. La muerte de un vecino a causa de las fuertes lluvias subraya la falta de prevención y la nula respuesta ante el desastre. Mientras tanto, Carmen Lilia parece más preocupada por su imagen y la organización del grito de independencia, dejando de lado la seguridad de los ciudadanos.
En su reciente informe de gobierno, la alcaldesa presumió de obras que no se reflejan en la realidad. Con más de 15 mil millones de pesos destinados a infraestructura, los resultados son invisibles y las promesas, vacías. La comunidad está harta de tres años de simulación y exige que Carmen Lilia rinda cuentas por su falta de compromiso en esta grave situación.