Nuevo Laredo, Tamaulipas, 09 de septiembre de 2024.— La alarmante presencia de menores trabajando en las calles de Nuevo Laredo es un claro reflejo del desdén y la falta de empatía del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) que encabeza Claudette Canturosas de Salinas, hermana de la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas. A pesar de las promesas y los esfuerzos anunciados por la institución, la realidad muestra una profunda desconexión con las verdaderas necesidades de los niños vulnerables en la ciudad.
Sofía, una niña de apenas 8 años, es un ejemplo conmovedor de esta situación. En lugar de estar en la escuela o jugando sin preocupaciones, Sofía se levanta temprano cada mañana para recorrer las calles del Sector Centro con una canasta llena de chicles.
“¡Hola! ¿Me compras un chicle?” es su rutinaria oferta a los transeúntes frente a una farmacia en la esquina de Guerrero y Guadalupe Victoria. La niña responde con un silencio abatido cuando se le pregunta por qué no está en clase, revelando que ha salido a vender chicles para ayudar a su familia.
El Sistema DIF, bajo la dirección de Claudette Canturosas, ha sido criticado por su falta de acción efectiva frente a esta problemática. Aunque el director del DIF, José Luis Pintado, asegura que el número de menores trabajando en las calles ha disminuido a entre uno y dos casos por mes, la realidad es muy diferente. “A diario se observan hasta seis menores en los alrededores del centro y los puentes internacionales, algunos ofreciendo chicles, pidiendo dinero o cargando bolsas de mandado”, explicó un residente preocupado.
La falta de medidas concretas para abordar la situación es evidente. A pesar de las denuncias y el exhorto a los padres para que no expongan a los niños en la vía pública, los menores como Sofía y José continúan siendo vistos en las calles, a menudo sin la supervisión de un adulto y en situaciones que ponen en riesgo su seguridad.
La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022 de INEGI revela que a nivel nacional, 3.7 millones de personas entre 5 y 17 años se encuentran en situación de trabajo infantil. Sin embargo, instituciones como el Sistema DIF parecen ignorar la magnitud del problema y la necesidad urgente de intervenciones más efectivas.
La comunidad exige un enfoque más comprometido y empático del Sistema DIF y de las autoridades municipales para proteger a los menores de la explotación y garantizar su derecho a una infancia segura y digna. La falta de acción y la aparente indiferencia hacia la realidad de los niños vulnerables de Nuevo Laredo destacan una profunda brecha entre las promesas oficiales y la verdadera situación en las calles.