Las ventas en las tienditas han incrementado en un 60% revitalizando la economía local, además de los beneficios de precios más bajos y se apoya a los propietarios, en su mayoría, familias de esta frontera.
Nuevo Laredo, 30 de julio de 2024 – El reciente cierre de las 191 sucursales de Oxxo en Nuevo Laredo ha desencadenado un fenómeno inesperado en el comercio local. Las tradicionales tiendas de barrio, que habían sido desplazadas por el auge de las cadenas de conveniencia, están experimentando un resurgimiento notable, con un incremento en sus ventas de hasta el 60 por ciento.
Durante décadas, las tiendas de abarrotes, estanquillos y pequeños comercios locales formaron el núcleo de las comunidades de Nuevo Laredo. Estos establecimientos ofrecían una amplia variedad de productos y, en muchos casos, eran centros sociales donde los vecinos se reunían. Sin embargo, la expansión de las franquicias de tiendas de conveniencia como Oxxo había reducido significativamente su presencia.
Con el sorpresivo cierre de las tiendas de conveniencia, los comercios tradicionales están viendo un retorno a su antigua gloria. Abarrotes Don Cuco, un emblemático negocio que opera desde 1954 en el centro de la ciudad, ha registrado un notable aumento en sus ventas.
«La comunidad ha vuelto a apoyarnos. Durante años, las grandes cadenas habían capturado la mayor parte del mercado, pero ahora la gente está redescubriendo el valor de nuestras tiendas locales», comentó uno de los propietarios.
Este renacer de los comercios tradicionales ha evocado una ola de nostalgia entre los habitantes de la ciudad. En redes sociales, muchos han compartido recuerdos de su infancia, destacando cómo las tiendas locales solían ser un punto de encuentro y un lugar de referencia en sus vidas diarias. Pablo Calderón, residente de la Infonavit, recordó cómo solía visitar el estanquillo México en los años 90, donde no solo compraba productos, sino también disfrutaba de las maquinitas arcade, una experiencia que añora con cariño.
La tienda El Diamante, que en los años 80 era el destino preferido para los vecinos de la colonia Viveros, sigue operando bajo el nombre de Nueva Victoria y también ha visto un aumento significativo en su clientela. Esmeralda Freyre, quien de niña iba a El Diamante con su familia, rememora cómo este pequeño supermercado ofrecía todo lo necesario, desde carne hasta productos de limpieza.
Otros comercios que han experimentado un crecimiento en sus ventas incluyen Abarrotes Los Primos, cercano a la antigua ladrillera, y Conasupo, que ahora opera como Super Campestre en la Infonavit. Tienda Santos, conocida anteriormente como La Guadalupana, y MG, con su surtido completo de productos, también han registrado un incremento en la demanda.
El cierre de las grandes cadenas de conveniencia ha puesto en primer plano la importancia de los negocios locales, demostrando que, a pesar del avance y modernización del comercio, el valor de las tiendas de barrio sigue siendo insustituible para muchas comunidades. Mientras Nuevo Laredo se adapta a esta nueva realidad, el resurgimiento de estas tiendas locales podría marcar un cambio duradero en el panorama comercial de la ciudad.